
El otoño es tiempo de cosecha y desprendimiento. Estos días, he cosechado deliciosas verduras. Es el momento en que los cultivos de verano, como tomates, pimientos y berenjenas, maduran y se convierten en sabrosos frutos. Al mismo tiempo, vemos que los árboles se dan por vencidos y dejan caer sus hojas temprano debido a que el clima está sumamente seco y caliente. No ha habido rojos hermosos ni naranjas brillantes; solo amarillos monótonos. Las hojas caen enroscadas al suelo, por no hablar del torrente de semillas que los árboles han soltado (¡habrá que tener cuidado en el bosque con las nueces negras que caen!). No obstante, las hojas caídas se transformarán en un manto de compost y residuos orgánicos, y las semillas germinarán de nuevo cuando regresen las lluvias. En la naturaleza, el desprendimiento genera nueva vida.
Esta es una lección de la naturaleza que tomo muy en serio ahora que reflexiono sobre este año. Recuerdo que tuve que desprenderme de una hermosa comunidad de hermanas y de un vecindario de amigos, de la interacción diaria con las hermanas de mi casa madre y de la red de apoyo que había establecido con mis amigas y colegas. Había logrado mucho en siete años, incluidos los ministerios en los que trabajaba para marcar un cambio en la educación y en el campus.
No es fácil renunciar a algo, y la oración es lo que hace posible este desprendimiento. Haber dejado lo que tenía me permitió abrirme para buscar un ministerio que me apasiona en el Eco-Justice Center. La cosecha de mis experiencias en la educación, y mi maestría en estudios de la Tierra me ayudan en mi nuevo ministerio. Aunque ha llevado tiempo hacer nuevas amistades y sentirme a gusto con la rutina de mi ministerio, mis relaciones anteriores han resistido la prueba de la distancia, y algunas se han fortalecido incluso, en especial, mi comunidad de hermanas de la congregación SCL y de Giving Voice.
Mi desprendimiento no se asemeja al que observo en nuestras hermanas con problemas de salud que van limitando sus ministerios activos; sin embargo, su honestidad y su lucha demuestran lo difícil que es soltar algo. La oración y la gracia de Dios les permiten transformar la dificultad en una nueva forma de vida, distinta, pero con más tiempo dedicado a orar y a fortalecer sus relaciones personales. Le pido a Dios aprender del ejemplo de la naturaleza y de mis hermanas para transformar el desprendimiento en la generación de nueva vida.
La hermana Rejane Cytacki pertenece a las Hermanas de la Caridad de Leavenworth (SCL) y es la directora ejecutiva del Eco-Justice Center de Santo Domingo de Racine en Racine, Wisconsin. Tiene una maestría en estudios de la Tierra y ha sido instructora medioambiental por más de 10 años. La hermana Cytacki también forma parte del Core Team de liderazgo de Giving Voice.