
Démosle una cálida bienvenida a Giving Voice al nuevo miembro de nuestro equipo central, Lupita Aguilar-Huanca, OLVM. Aquí Lupita comparte sus pensamientos y sentimientos al comenzar este nuevo rol.
La primera vez que asistí a una reunión de Giving Voice fue en la asamblea Nacional en Iona College, New Rochelle, Nueva York. Fue valioso ver la diversidad de hermanas de diferentes congregaciones y escuchar sus experiencias de cómo cada una de ellas han ido creando nuevos puentes. Este tipo de reuniones fue un comienzo para mí para ser parte de Giving Voice. Participar en todas las conversaciones con diferentes temáticas y especialmente en los retiros grupales de los 40, tanto presenciales como virtuales, me dio muchos espacios para crecer. Compartir con hermanas de la misma edad y poder escuchar sus luchas y sus triunfos me hizo pensar que no estoy sola. Muchas veces es difícil expresar cómo nos sentimos pero en este grupo hemos creado un espacio sagrado donde todos nos ayudamos a crecer personal, espiritual y comunitariamente. Estas reuniones me dieron la oportunidad de decir “Sí” a la misión de Cristo que continúa en cada etapa de mi vida. Para mí, ser parte del equipo central es otra oportunidad de crecimiento personal y capacidad para ejercer mi liderazgo de una manera más participativa. Porque el futuro de la vida religiosa es un misterio para todos nosotros, como jóvenes tenemos miedo de dar ese paso solos. Pero cuando sientes la presencia de una hermana a tu lado, esos miedos desaparecen. Espero que sigamos creciendo como hermanas, colaborando, conectándonos y apoyándonos en todo lo que hacemos como una comunidad. Tengo la suerte de ser parte de este equipo.