
Hace poco, comencé a reunirme con un grupo de hermanas de mi propia congregación para estudiar y sugerir una modificación de la estructura de nuestra dirección. Al explorar los valores relacionados con las voces y la participación de nuestras hermanas, una pregunta crítica me llamó a la reflexión: ¿Cómo podemos actuar de acuerdo con las características del modelo de liderazgo en común, es decir, autoadministradas, con integridad y un propósito de evolución?
Desde nuestra reunión de Giving Voice en el Iona College del pasado verano, he recordado a menudo nuestras sesiones de trabajo vespertinas, mi experiencia más patente de liderazgo en común, para estudiar esta pregunta. Al recordar, vuelvo a vivir el sentimiento de una energía colectiva de posibilidades. Me viene a la mente la imagen de la actividad en las mesas en las que intercambiamos ideas y sueños, y sigo los pasos y las estrategias de los procesos. Con el brillo de las hojas que caen y se descomponen, mi espíritu sabe que no debemos dejar marchitar el recuerdo de la experiencia de liderazgo común con mis hermanas de Giving Voice. Noviembre es un mes de “recuerdo” y, por ello, las invito a narrar esos recuerdos conmigo en las siguientes viñetas. También las invito a aportar su visión y sus experiencias de liderazgo común.
Los círculos matutinos en los que participamos escuchando palpitantes en contemplación respetuosa, generando confianza
Aprendiendo de las esperanzas, sueños, dificultades y alegrías de nuestras compañeras
Se oía el deseo de relaciones de colaboración más circulares
Se oía el deseo de trabajar juntas, entre congregaciones
Por medio de un intercambio cósmico, renacía la esperanza del futuro de la vida religiosa.
Intercambios matutinos sagrados que renovaban nuestras energías para las tardes de movimiento en colaboración: juntas en búsqueda de sueños
Con el deseo de avivar la iniciativa
Con el deseo de impulsar la participación
Anfitriones listos como estrellas mientras las hermanas consideraban un espacio sideral de posibilidades y contribuían con sus propias ideas estelares siguiendo el estímulo del Espíritu.
Pioneras plenas de liderazgo, talentos y dones diversos que exploraban un futuro común
Conscientes de la esfera de nuestra vocación que se desenreda y se expande
Con la energía del deseo de descubrir los ‘pasos siguientes’
Se esparcía el respeto escuchando con veneración la aportación de cada hermana
El deseo de revelar el discernimiento, para encontrar el sentido de cada opinión
El deseo de inspirar la acción.
La mañana del último día de la reunión, durante nuestra oración de clausura, miré a mi alrededor y me di cuenta de que eso era solo el principio, el comienzo de la relación que establecimos, de los contactos y del liderazgo común; la comunión que nos apoyará e inspirará para continuar al servicio del mundo como mujeres religiosas. Me invadió un sentimiento profundo de esperanza y posibilidad.
Al recordar esta experiencia, vuelvo a conectarme con esa esperanza para todas nosotras.
La hermana Lisa M. Perkowski pertenece a las Hermanas Siervas del Inmaculado Corazón de María (IHM) en Scranton. Actualmente, es maestra de artes visuales en la preparatoria de la Academy of the Holy Names de Tampa, Florida, y cuenta con más de diez años de experiencia en la enseñanza de las Bellas Artes a estudiantes de todas las edades en diversos entornos educativos. Tiene una maestría en educación artística del Maryland Institute College of Art, y una licenciatura en educación artística, con una especialización secundaria en música de la Marywood University.