
¿Qué nombre prefieres? En la vida religiosa, esta pregunta acerca del nombre que uno prefiere no es nueva. Mis hermanas de San José de la Paz (CSJP) han relatado cómo recibieron lo que algunas llaman su “nombre de monja” cuando hicieron sus primeros votos hace ya varias décadas. La persona que recibía el nombre no entendía cómo se había elegido. Las historias sobre cómo surgió el nombre y se asignó a la persona eran lo normal entonces. Esto significaba adoptar el nombre nuevo y dejar de usar el que recibieron al nacer. Significaba asumir una identidad nueva. En la actualidad, la mayoría de las hermanas han recuperado su nombre de pila. No obstante, uno se pregunta cómo afectaba el cambio a la persona.
La primera vez que me reúno con un paciente nuevo que va a ser admitido en la unidad, me propongo preguntarle “¿Qué nombre prefiere?”. La respuesta de la persona a esta pregunta siempre es útil para romper el hielo y entablar la relación como su enfermera, porque facilita la conversación y me permite aprender a pronunciar correctamente su nombre. Así, doy oportunidad al paciente para que me pregunte cómo se pronuncia mi nombre. Y nunca falta la pregunta: “¿Qué significa?”. He oído pronunciaciones distintas de mi nombre, Cherotich, algunas de ellas no son ni siquiera parecidas a cómo debería ser. Es por esto que decidí acortarlo a Chero. Y sí, mi nombre tiene un significado.
Cuando me convertí en una hermana CSJP, no tuve que adoptar un nombre nuevo ni un “nombre de monja”. Sin embargo, después de estar en este país por un tiempo, sé lo que significa recuperar el nombre que recibí cuando nací, Cherotich. Yo nací por la tarde, cuando las vacas regresan de los pastizales. Y de ahí proviene mi nombre, Cherotich, que significa, “las vacas regresan a casa”. Es el nombre que me identificó desde niña, y el que llevo en el corazón.
Después de vivir varios años en este país, siento que asumí una identidad diferente. Para llenar cualquier documento oficial, se necesita el primer nombre, la inicial del segundo y el apellido. El nombre con el que me identifico se considera oficialmente mi segundo nombre. Me llevó tiempo darme cuenta de que estaba respondiendo a un nombre (nombre de pila) que no define mi identidad.
Con la colonización británica y la llegada del cristianismo a Kenia, los nombres de pila se consideraban el primer nombre oficial. Mi nombre de bautismo, Hellen, me define como cristiana, la religión que mis padres me inculcaron desde niña. Pero también, mi abuela, antes de morir, me transmitió lo que yo ahora llamo la espiritualidad de mis antepasados. Son los conocimientos que me han permitido entender lo que significa ser cristiana, y católica. Agradezco a los mentores kalenjines (los ancianos de la tribu) que siguen siendo una inspiración y un llamado a la reflexión sobre mi verdadero yo. Que yo me identifique con el nombre Cherotich más que con Hellen no resta significado a mi nombre de bautismo. Al contrario, me hace comprender más profundamente por qué y cómo adopté ese nombre cuando me bautizaron.
Entonces, ¿qué nombre prefieres? ¿Tiene este un significado?
¿Cómo surgió el nombre Giving Voice? Giving Voice es una red de religiosas jóvenes, menores de 50 años, de todos los Estados Unidos. Es un espacio que “da voz a las esperanzas, sueños y obstáculos en la vida religiosa” de las hermanas más jóvenes. Para obtener más información sobre nosotros, visite nuestro sitio web y nuestra página de Facebook, y síganos en Twitter. Más importante aún, entérese de nuestras actividades y de cómo, juntas, damos voz a la próxima generación de la vida religiosa. Lea las historias y narraciones sobre la manera en que vivimos nuestros votos y personificamos el futuro de la vida religiosa. Este es el espíritu y el significado de Giving Voice.
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Chero Chuma, CSJP