Hermana Nicole
Este mes, en la sección “Tomar los votos”, entrevistamos a las hermanas participantes de Giving Voice Nicole Varenin, de la orden de Nuestra Señora, quien profesó sus primeros votos en febrero de este año; Mary Therese Perez, OP, de la orden Dominica de la Misión de San José, quien tomó sus votos finales este agosto; y Reyna Badillo, de la orden de San Francisco, quien profesó sus primeros votos en junio.
GV: ¿De qué manera ha cambiado su vida ahora que son religiosas consagradas? ¿Qué se siente?
Hermana Nicole: ¿Qué se siente? Normal. He estado viviendo de esa manera durante tres años y medio y, de pronto, profeso mis votos y pienso: “Bueno, no hay mucha diferencia”. Pero luego, cuando caí en la cuenta; fue algo así como afianzarme en la profesión de mis votos. Algo había cambiado sin posibilidad de dar marcha atrás. Se sentía como algo estable que seguiría así siempre. Y después, la vida siguió su curso, y sentí la transición. A decir verdad, todavía no logro mantener la firmeza, y me recuerdo constantemente a mí misma que sí la tengo, que está presente.
Hermana Reyna: Para mí, los votos me dan más libertad de servicio. No se trata de decir no a algo, sino de liberarme de lo que no necesito en mi vida. Me dan más libertad para servir a los demás. Si me casara o tuviera posesiones, mi familia o lo que poseo me mantendrían ocupada. Y si no tengo esas preocupaciones, mi libertad interna para ayudar es mayor. Tampoco se trata de una obediencia ciega, sino de escuchar la sabiduría de las hermanas que profesaron sus votos antes que yo, y poder tomar mejores decisiones por medio del diálogo para el bien de la comunidad, de las personas vulnerables y de mí misma.
Hermana Reyna
GV: ¿Qué dificultades tuvieron durante la preparación para tomar los votos?
Hermana Nicole: No fue un tiempo agradable. Los primeros seis meses antes de mis votos, pasé por un período de serias dudas. En ese tiempo, estaba en constante movimiento con las visitas del ministerio cada tres meses durante casi un año, y no sabía si hacer esa transición era demasiado. Pero después de conversar con mi director espiritual y mi director de formación, superamos esa etapa y me di cuenta de que las dudas no provenían de Dios: el diablo sí existe. Mi director de formación me hizo ver que cuanto más cercana esté de Dios, mayor problema tendrá el diablo para alejarme. Así que, no es extraño tener dudas antes de algo tan significativo.
Hermana Mary Therese: Tomar los votos finales te da una sensación distinta. Sentía temor del compromiso, pero es mucho más liberador de lo que pensaba. Decir “No” a otros caminos es parte del [temor], así como querer sentir “una seguridad absoluta, donde no quepa la menor duda”. La fe con la que comencé no es la misma que la que esperaba sentir, pero sé que es el lugar donde Dios y yo nos encontramos, y el camino por donde seguiremos para crear, aportar y generar amor. Sé también que Jesús se reúne conmigo en esos lugares que todavía parecen albergar dudas e inseguridades. Mi compromiso me dice que es posible traer a mi relación con Jesús esos miedos que aún pudiera tener, sabiendo que los superaremos juntos y que, en este momento, es el mejor paso que puedo dar. Es el lugar donde deseo estar ahora mismo. Creo que, simplemente, seguiremos recorriendo este camino; no sé a dónde me lleve, pero sé que Jesús estará conmigo.
Hermana Reyna: Mi dificultad más grande es que, viniendo de otro país, el idioma no ha sido fácil para mí. Realmente deseo poder escuchar, comprender y comunicarme mejor con mis hermanas en la comunidad y con la gente a la que serviré.
Hermana Mary Therese
GV: ¿Cómo se prepararon para profesar los votos?
Hermana Nicole: Comenzamos a estudiar cada voto a profundidad, analizando los artículos que constituyen nuestros votos. Durante esa preparación, sentí más paz y más confirmación porque todo eso tenía sentido y me ayudaba a ponerme en contacto con el motivo que me llevó a querer hacer esto desde el principio. Justo antes de los votos, estaba tan emocionada que no había manera de contenerme.
Hermana Mary Therese: Una parte importante de mi experiencia ha sido conocer a las hermanas de otras comunidades y conocerme a mí misma en la vida religiosa. Giving Voice desempeñó un gran papel ayudándome a entenderme a mí misma como religiosa y a encontrar un lugar de aliento en este camino. Para muchas, la preparación para profesar los votos es una continuación de la formación, por lo que, a menudo, hay experiencias dentro de la propia familia de carismas y se cultivan relaciones en esa familia.
Nos preguntamos: ¿estamos viviendo la vida que se nos pide vivir? ¿Podemos hacerlo con toda libertad? Siempre hay altibajos; la vida en comunidad tiene sus dificultades, y ser una hermana joven también puede ser verdaderamente difícil. No obstante, nuestra preparación consiste en venir y poder lograr el equilibrio en nuestra vida. Además, es vivificante para nosotras tomar las riendas de nuestra vida y hacer lo que necesitamos hacer.
GV: ¿De qué manera están viviendo los votos con creatividad?
Hermana Mary Therese: Estoy aprendiendo a tocar la batería. Para mí, es una forma de desahogo importante porque me permite ser creativa; además, es divertido, difícil y tiene conexión con mi sexualidad. Mi sexualidad es esa energía vivificante en mi interior que necesita lugares para expresarse. Cuando puedo ser creativa y participar, ese es un lugar donde puedo volcar mi energía. Esto es algo importante que aprendí también de la profesión temporal de los votos. Aprendí de qué manera personificamos y vivimos en realidad nuestros votos todos los días y de maneras prácticas. Es lo que muchas de nosotras nos preguntamos antes de tomar los primeros votos porque, con frecuencia, esto se siente muy teórico. Y sin embargo, en el momento de la profesión temporal de los votos, se trata de cómo aprendemos a vivirlos realmente. A medida que me aproximaba a mis votos finales, hubo momentos que casi me sorprendían, como “Esto es lo que yo hago; no es solo lo que hacen mis hermanas, ni es algo teórico”.
Sister Nicole con participantes de Giving Voice
¿Cuál ha sido su mayor alegría al profesar los votos?
Hermana Nicole: En la liturgia misma de los votos, hubo ciertos momentos realmente hermosos. Siempre me tocaba verla [la profesión de los votos] y, por fin, llegó mi turno de tomarlos. Ese fue probablemente el mejor momento de la liturgia. Después de la ceremonia de los votos, mi mejor amiga dijo “Ahora entiendo. Cuando te vi, estabas profesando tus votos al altar, a Dios, no a todos los demás, sino al altar”. Para mi familia y mis amigos, también fue una verdadera alegría participar en el servicio. Mi hermana, mi papá y yo cantamos juntos una versión del magníficat. Fue tan maravilloso oír a todas estas personas que han sido tan importantes en mi vida, y verlas ahí en el momento de decir Sí a Dios. Y, por supuesto, mi mayor alegría es mi amado. Es de lo que se trata todo esto en realidad.
Hermana Reyna: Mi mayor alegría es pertenecer a una comunidad comprometida con el servicio a las personas más vulnerables. Por medio de oraciones, mentalidad abierta y sabiduría, esa comunidad se esfuerza por escuchar la voz de Dios a través de las necesidades de nuestro mundo actual.
Hermana Mary Therese: Creo que la entrega durante la profesión misma de los votos fue en verdad ofrecimiento y sentimiento de plenitud al mismo tiempo. Al entregarnos, al renunciar, recibimos vida. El fin de semana de la profesión de mis votos también fue hermoso: rodeada de familia, amigos y hermanas provenientes de todas las partes de mi vida. Ese fin de semana estuvo totalmente rodeado, asistido y sostenido por amor. Y sé que esas personas seguirán estando conmigo.
Lean aquí el primer artículo de nuestra sección “Tomar los votos (primera parte)”.