En busca del rostro del Señor
En enero, mi congregación tomó la difícil decisión de cerrar el convento a fines de junio. Las conversaciones y el discernimiento que precedieron a esa decisión me dejaron una sensación de paz, pero también de tristeza. Nuestras hermanas llegaron a la Iglesia de Nuestra Señora de Pompeya, en Greenwich Village (Manhattan), en 1930. La parroquia comenzó a funcionar casi cuarenta años antes y después de la construcción de una iglesia nueva, era el momento de contar con una escuela. (El convento, construido encima de la escuela, llegaría más de 20 años después). Cuatro hermanas abrieron la misión, y ese número creció rápidamente a 19. En total, 140 hermanas pasaron por la escuela y la parroquia. ¡Qué legado! Todas esas mujeres buscando el rostro del Señor en sus estudiantes y feligreses.