
Cada vez que asisto a una conferencia, junta o retiro de Giving Voice, o que hablo por teléfono o me reúno con algunas hermanas de GV, termino sintiéndome renovada y recuperada, llena de energía y emoción. Lo mismo sucedió en la Conferencia Nacional del 6 al 9 de agosto de este año en Kansas City.
Fue maravilloso ver a otras hermanas, orar y reír juntas, reunir culturas y referencias de edad similares, y oír a otras hablar de las mismas experiencias de su vida en comunidad. Esto me recuerda siempre el motivo por el que elegí la vida religiosa: para seguir el llamado de Dios y formar parte de una colaboración más grande y plena para el bien de la humanidad.
Nuestra Conferencia Nacional de este año reunió a 70 hermanas de congregaciones diversas de todo el mundo. Casi la mitad de las asistentes nacieron fuera de los Estados Unidos pero ahora pertenecen a comunidades de este país, entre otras, había hermanas de África, Alemania, Corea, México, Perú, Filipinas y Vietnam. Verlas a todas, estar juntas, orar y rendir culto juntas, escuchar a nuestras oradoras y ver a otras hermanas que, al igual que yo, asentían con la cabeza, sonreían y reían con las mismas referencias y comentarios fue para mí una aventura llena de entusiasmo y unión.
El tema de la conferencia fue Cruzando fronteras en la vida religiosa, con las oradoras Sophia Park, SNJM, originaria de Corea pero que actualmente vive y trabaja como profesora en California, y Teresa Maya, CCVI, originaria de México que ahora vive y trabaja como administradora de su congregación en Texas.
La Conferencia Nacional de este año fue verdaderamente bilingüe: en inglés y español. Esto contribuyó a reforzar el tema del cruce de fronteras. Gracias a la donación de un millón de dólares de la Fundación Hilton, pudimos comprar equipo y contratar los servicios de interpretación de la hermana Maureen Leach, OSF.
Tere analizó con nosotros la importancia de leer las señales y los momentos de hoy, de mirar el mundo actual y afrontar realmente nuestras dudas e inquietudes. No podemos vivir en el pasado ni en el futuro; en cambio, necesitamos vivir en el presente. Sophia habló sobre la manera en que el cruce de fronteras nos permite conocernos mejor a nosotras mismas y a los demás. Esto nos lleva a la transformación y la expansión de nuestra visión.
Durante este tiempo de convivencia, nos reunimos también con la sociedad Plante Moran para comenzar a analizar nuestra planificación estratégica.
He participado personalmente en Giving Voice desde mi llegada hace 19 años y, sin esta comunidad de hermanas, no sé si hubiera permanecido mucho tiempo en la vida religiosa. Es maravilloso asistir a las reuniones de GV en las que hay tantas hermanas más jóvenes que yo. Es agradable ser una de las mayores para variar. En los últimos cuatro años más o menos, he pertenecido al Core Team (equipo central) de la organización. Esto también ha sido una excelente experiencia educativa, y me siento agradecida por lo que he aprendido y por toda la gente que he conocido. Llegó el momento de seguir adelante y dejar que otras trabajen en Giving Voice, pero sé que la organización queda en muy buenas manos.